domingo, 8 de abril de 2018

collar de brujas



El collar es uno de los símbolos más antiguos, incluso más que el anillo y la pulsera. La forma cerrada, el círculo morfológico del collar, tiene una estrecha relación con la magia. Esa circunferencia cierra sobre sí misma un espacio único; en ella las fuerzas diferentes adquieren un valor incalculable, en el círculo el infinito toma cuerpo. 
Hace un tiempo, escribí un poema donde imaginaba que mi madre rodeaba con un hilo enorme la casa de mi infancia, en ese momento aún no había indagado sobre el sentido mágico del círculo o por lo menos no lo tenía en cuenta de manera explícita. Sin embargo, no dudaba en admitir esa relación para la soga que se anudaba sobre el jardín familiar, como sí supiera desde siempre el sentido de esa acción. Quizás un collar es lo que es, se posiciona en la historia y en el tiempo contribuyendo a la belleza y al misterio por sus propias resistencias simbólicas invisibles y ancestrales. 
Sabemos, de una manera orgánica y real que el gesto cotidiano de enlazar el cuello a un ornamento circular activa la búsqueda de lo mágico, de un poder capaz de limitarnos en el cuerpo pero también de expandirnos más allá de él. 
Bruja de collar es un objeto creado para remarcar el perímetro cerrado y circular del collar, además contiene una hoguera, una escoba, un ladrillo, un ojo y una serpiente: cosas y seres que vinculan el círculo a una historia y una antropología. 
La hoguera es para incendiar, la escoba para limpiar, el ladrillo para construir, el ojo para observar, la serpiente para admirar. Una colección de fetiches para tejer el círculo de la magia en un collar.

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Mariana Robles nace en Buenos Aires, 1980. Crece en Merlo, San Luis y desde 1998 vive en Córdoba. Es artista, docente y escritora. Desde 2010 hasta la actualidad publica los libros Línea de Atlas (Alción); El árbol de los reflejos (Biblioteca Córdoba); Constelación Escarlata Turquesa (Sofía Cartonera); Los niños de Renoir (Nudista); Alfabeto de la noche (Borde Perdido); Tres mujeres Planchadoras (Sofía Cartonera); Escrituras Rituales. Ensayos sobre arte y literatura (Los Ríos); Melancolía (Borde Perdido); El nacimiento de lo extraño (Cartografías); El Aburrimiento (Maravilla); Las Chispas de las Cosas (Azogue) “Diario del teatro” (de todos los mares) y “Damasco” (Dinamo). Entre sus exposiciones se destacan “Infancia y Poesía” curada por Claudia Santanera, Museo Genaro Pérez; “Infierno, corazón y cielo”, Museo Juan de Tejeda y “La escriba ágrafa” curada por Carina Cagnolo, Centro Cultural España-Córdoba. Su trabajo recibió diferentes reconocimientos y en diversas ocasiones Becas de Creación del FNA. Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas. Actualmente integra el área de investigación de Museo Caraffa y es docente en la Escuela de Bellas Artes Figueroa Alcorta.