viernes, 6 de marzo de 2015

El trabajo y los bichos

El  trabajo y los bichos

El trabajo y los bichos es una serie de ocho dibujos sobre cerámica que forman una secuencia de lo que podría considerarse un hallazgo arqueológico o un vestigio material de vidas posibles y extrañas. Cada imagen, cada lámina de arcilla dibujada, representa un bicho en una actividad diferente, un insecto, andrógino, ocupando el lugar habitual de un hombre en su trabajo. Cada uno de estos bichos son profesores, pintores o ceramistas, bordan, leen y cocinan, adoptando en cada situación la corporalidad característica de la performance humana en el ámbito de una cultura y una sociedad. 
La serie El trabajo y los bichos, fue pensada y concebida a la luz de las ideas subyacentes, en la novela La Metamorfosis de Franz Kafka. Recordemos que, el personaje principal del genio Checoslovaco Gregorio Samsa encarna una desesperante pesadilla donde su ser humano lentamente se transforma en repugnante cucaracha. Para Samsa (y también para el hombre moderno) el mundo animal, carente de autonomía y pensamiento, representa la degradación del ser. En la pesadilla kafkiana la cucaracha es la metáfora más mordaz de la insignificancia de existir sin razón, sin libertad. Paradójicamente, la transformación de hombre en insecto es posible gracias a la alienación que provoca la cotidiana burocracia laboral. En un círculo indeseable el mundo animal y el mundo humano se confunden, permitiendo la mutación de unos en otros.
La realidad capitalista actual, fruto de un derrotero histórico, que se remonta a la edad media, primero disoció y luego condenó en órdenes jerárquicos menores, el ámbito animal. En la actualidad no pareciera haber cambiado demasiado la aberración que nos genera lo otro y lo diferente y de manera violenta tratamos de humanizar todos los seres que nos rodean. Extrañas tiendan exhiben en jaulas y vitrinas perros, gatos y conejos, junto a juguetes abrigos y zapatos para cada mascota. La mercancía ha invadido todos los espectros posibles al punto que, llegado el caso de vernos convertidos en perros, tendríamos la opción de consumir algún objeto o, en su defecto, un amo generoso que lo hiciera por nosotros.
En este panorama, lo humano pareciera definirse por la capacidad para compatibilizar con la esfera del consumo, posibilidad que sólo puede ser pensada en el marco de la propuesta laboral capitalista, el trabajo asalariado y la propiedad privada.
El trabajo y los bichos trata de invertir el orden de lo siniestro para metamorfosear lo animal en humano y mostrar, levemente, la incomoda tarea que llevamos diariamente para intentar ser libres en los márgenes de nuestra rutinas, costumbres y actitudes laborales.    

 








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Mariana Robles nace en Buenos Aires, 1980. Crece en Merlo, San Luis y desde 1998 vive en Córdoba. Es artista, docente y escritora. Desde 2010 hasta la actualidad publica los libros Línea de Atlas (Alción); El árbol de los reflejos (Biblioteca Córdoba); Constelación Escarlata Turquesa (Sofía Cartonera); Los niños de Renoir (Nudista); Alfabeto de la noche (Borde Perdido); Tres mujeres Planchadoras (Sofía Cartonera); Escrituras Rituales. Ensayos sobre arte y literatura (Los Ríos); Melancolía (Borde Perdido); El nacimiento de lo extraño (Cartografías); El Aburrimiento (Maravilla); Las Chispas de las Cosas (Azogue) “Diario del teatro” (de todos los mares) y “Damasco” (Dinamo). Entre sus exposiciones se destacan “Infancia y Poesía” curada por Claudia Santanera, Museo Genaro Pérez; “Infierno, corazón y cielo”, Museo Juan de Tejeda y “La escriba ágrafa” curada por Carina Cagnolo, Centro Cultural España-Córdoba. Su trabajo recibió diferentes reconocimientos y en diversas ocasiones Becas de Creación del FNA. Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas. Actualmente integra el área de investigación de Museo Caraffa y es docente en la Escuela de Bellas Artes Figueroa Alcorta.