miércoles, 30 de septiembre de 2015

Peinetas










visiones apócrifas






proyección de cine en el inframundo




Bestiario













La persistencia de la caza

Persistencia de la caza y un desnudo atemporal
El proyecto consiste en la realización de cuatro bordados de 52 x 34 cm, realizados en tela de algodón con hilos peruanos. La técnica, reside en ocupar la superficie del dibujo con punto relleno logrando, finalmente, un tapiz.
Cada bordado es diseñado a partir de una obra de arte. El primero remite a “La caza del jabalí” (1300 A.C), fresco perteneciente a la civilización Micénica; el segundo bordado es un fragmento del panel III de “Historia de Nostagio Degli Onesti” (1482- 1483) de Sandro Botticelli; el tercero es la pintura flamenca “Ciervo acosado por una jauría de perros” (1637-1640) de Paul De Vos, especializado en escenas de caza y, por último, las figuras representadas en el fragmento central del Mural “Independencia de México” (1960-1961) de Juan O´Gorman.
Cada una de las piezas textiles se concretara en el plazo de dos meses. El trabajo incluye un catálogo con el desarrollo conceptual del proyecto (con fotografías de las obras citadas), que se ejecutara en cuatro meses.

1. La persistencia de la caza
                                        El animal muere. Pero la muerte del
 animal es el devenir de la conciencia.
George Bataille

Una noche revisando fascículos antiguos de “La historia del mundo” de Salvat, reparé en el fresco Micénico de “La caza del Jabalí”. La imagen me despertó un fuerte interés estético, su belleza es sorprendente, pero además sentí que la pintura escapaba a su propio tiempo para adelantarse a las preguntas de la actualidad.
Sucedió mientras generaba una relación extravagante, excitada creí en un posible descubrimiento. “La caza del jabalí” me remontó a la “Historia de Nostagio Degli Onesti” de Botticelli. La morfología del animal, los colores y sus armoniosos contornos se parecen a los de aquella doncella herida. El movimiento de los perros, en ambos casos, la motricidad feroz de las bestias, acecha el ritmo de un mismo devenir.
El clima general de estas escenas y sus vinculaciones anatómicas permiten intercambiar, trocar visualmente, las víctimas: la mujer es un jabalí y el jabalí una mujer. Al concedernos este movimiento, reemplazamos lo humano por lo animal y lo animal por lo humano.
Lo informe no es aquí, el cuerpo abierto de Didi-Huberman o la herida de Bataille, sino una huella material de los cuerpos en la memoria del mundo, que se actualiza en la persecución de la existencia. Esa huella, nos retiene y nos devuelve, nos caza y nos libera en nuestra forma animal y a cada animal en su forma humana, coincidiendo en el misterio: lo que nos trae ensangrentados y luego nos devuelve a la tierra, muy sucios.
Pareciera, como lo sugieren las obras, que el hombre no está fuera de la naturaleza, lo animal habita en nosotros como nosotros habitamos el mundo, nos persigue siempre. En Lo Abierto Giorgio Agamben escribe sobre el tema y citando a Kojéve apunta: La desaparición del Hombre al final de la historia no es una catástrofe cósmica. El mundo natural queda tal como es desde toda la eternidad. Tampoco es una catástrofe biológica. El hombre sigue viviendo como un animal, que se encuentra en acuerdo con la Naturaleza.
La historia moderna nos acostumbró a separar, olvidar y desterrar de nosotros, como un atuendo viejo y peligroso, nuestra propia animalidad. Sin embargo, podemos empezar a creer que el capitalismo no es el fin del hombre y la racionalidad academicista nuestro límite último, porque en esa post-historia habitamos el mundo completamente solos.
Estas ideas, producto de un casual ejercicio benjaminiano, generan una dialéctica de la visión, para pensar creativamente. Una línea sutil, un dibujo, un entramado y no la violencia de la caza, afirman nuestra huella animal.   
La pintura “Ciervo acosado por una jauría de perros” de Paul de Vos, refuerza la idea de huella morfológica y de rastro material de los seres vivos que persiste, por eso la incluí en la serie. Así, en la obra del pintor flamenco, el ciervo es una proyección barroca de su propia humanidad. Un cuerpo sufriente y aterrado frente a la inminencia de su propia muerte. ¿Quién otro, sino el hombre, advierte su propio fin? La respuesta viaja desde lejos, tiene forma de jabalí o ciervo y coincide con el cuerpo de una mujer y las pinceladas apresuradas de un pintor.  






2.Una desnudez atemporal

La noche salva
Walter Benjamín

La idea de la desnudez surge asociada a la idea de animalidad, de un pensamiento afirmativo y alegre acerca de la naturaleza. En este juego de pensar con las imágenes para construir un pensamiento encuentro el mural de Juan O´Gorman. En realidad, lo primero que veo y atiendo es el fragmento elegido para el bordado, luego descubro el resto de esa compleja pintura mexicana. A la izquierda se encuentra un hombre moreno, en cuclillas y desnudo; detrás una mujer de espaldas cubierta con un manto celeste y un hombre blanco, vestido, alzando una espada; a la derecha un soldado. El hombre desnudo no es un hombre occidental y cristiano sino un hombre originario de esas tierras, un hombre que no ha puesto una barrera entre él y el mundo, y que jamás ha dudado de su existencia. En la pintura de Juan O´Gorman conviven dos realidades, lo histórico (los hombres vestidos) y lo no-histórico (el hombre desnudo).
El bordado, mis bordados, también están fuera de la historia, son técnicas extemporáneas  para el capitalismo, funcionan con un tiempo diferente a la temporalidad de las máquinas y el progreso.

En este sentido, no hay una continuidad evidente entre la persistencia de la caza y la desnudez atemporal, pero si una tensión inminente en su conjunto que nos permite crear nuevas imágenes, para pensar el hombre actual. 




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Mariana Robles nace en Buenos Aires, 1980. Crece en Merlo, San Luis y desde 1998 vive en Córdoba. Es artista, docente y escritora. Desde 2010 hasta la actualidad publica los libros Línea de Atlas (Alción); El árbol de los reflejos (Biblioteca Córdoba); Constelación Escarlata Turquesa (Sofía Cartonera); Los niños de Renoir (Nudista); Alfabeto de la noche (Borde Perdido); Tres mujeres Planchadoras (Sofía Cartonera); Escrituras Rituales. Ensayos sobre arte y literatura (Los Ríos); Melancolía (Borde Perdido); El nacimiento de lo extraño (Cartografías); El Aburrimiento (Maravilla); Las Chispas de las Cosas (Azogue) “Diario del teatro” (de todos los mares) y “Damasco” (Dinamo). Entre sus exposiciones se destacan “Infancia y Poesía” curada por Claudia Santanera, Museo Genaro Pérez; “Infierno, corazón y cielo”, Museo Juan de Tejeda y “La escriba ágrafa” curada por Carina Cagnolo, Centro Cultural España-Córdoba. Su trabajo recibió diferentes reconocimientos y en diversas ocasiones Becas de Creación del FNA. Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas. Actualmente integra el área de investigación de Museo Caraffa y es docente en la Escuela de Bellas Artes Figueroa Alcorta.